Fue una mañana complicada para las operaciones que se llevan a cabo en el aeropuerto internacional de Ezeiza, Ministro Pistarini. Por tercer día, desde que comenzó el mes de abril, la terminal aérea tuvo que permanecer cerrada para despegues y aterrizajes, dado que no cuenta con los instrumentos de precisión (ILS) actualizados, que son los encargados de asistir las aproximaciones de las aeronaves cuando la visibilidad es reducida.
El sistema de aterrizaje por instrumentos (ILS, Instrument Landing System) es un sistema de aproximación de precisión, lo que significa que proporciona a los pilotos y a sus aviones una guía para llegar a la pista en condiciones de baja visibilidad, dando indicaciones a través de los instrumentos de a bordo para navegar tanto lateralmente como verticalmente.
En función del tipo de aproximación, del equipo de tierra y de las capacidades operacionales del avión y su tripulación, se establecen diferentes tipos de aproximaciones ILS llamadas categorías.
Éstas categorías establecen la altura mínima (o simplemente, “los mínimos”) a la que el piloto debe ver el entorno de pista para proseguir visualmente hasta el suelo, o bien iniciar la maniobra de aproximación frustrada.
En este caso, tanto las aeronaves como sus tripulaciones están habilitados para operar la categoría máxima del ILS, la CAT IIIc (charlie), que permite el aterrizaje totalmente automático en condiciones de techo y visibilidad cero. En estas condiciones, la CAT IIIc no exige mínimos y es el piloto automático el que aterriza el avión e inicia la carrera de desaceleración hasta que el piloto toma el control desactivando el A/P (Auto Pilot) para sacar el avión de la pista.
El sistema de aterrizaje por instrumentos (ILS, Instrument Landing System) es un sistema de aproximación de precisión, lo que significa que proporciona a los pilotos y a sus aviones una guía para llegar a la pista en condiciones de baja visibilidad, dando indicaciones a través de los instrumentos de a bordo para navegar tanto lateralmente como verticalmente.
En función del tipo de aproximación, del equipo de tierra y de las capacidades operacionales del avión y su tripulación, se establecen diferentes tipos de aproximaciones ILS llamadas categorías.
Éstas categorías establecen la altura mínima (o simplemente, “los mínimos”) a la que el piloto debe ver el entorno de pista para proseguir visualmente hasta el suelo, o bien iniciar la maniobra de aproximación frustrada.
En este caso, tanto las aeronaves como sus tripulaciones están habilitados para operar la categoría máxima del ILS, la CAT IIIc (charlie), que permite el aterrizaje totalmente automático en condiciones de techo y visibilidad cero. En estas condiciones, la CAT IIIc no exige mínimos y es el piloto automático el que aterriza el avión e inicia la carrera de desaceleración hasta que el piloto toma el control desactivando el A/P (Auto Pilot) para sacar el avión de la pista.
Actualmente, la pista 11 es la única cabecera que cuenta con un sistema de ILS CAT IIIa (Alfa) que le permite operar con una visibilidad superior a los 100 metros y un RVR (Rango visual de Pista) de 213 metros pero,
se encuentra fuera de servicio por tareas de mantenimiento que se iniciaron el 1º de marzo.
Obras de repavimentación en la cabecera 11 |
Hasta el 15 de abril inclusive, Ezeiza estará operando con la pista 35-17 que tiene un ILS CAT I (visibilidad superior a los 2.400 pies, 732 metros) además dicha cabecera carece de calle de rodaje lo que complica aún más las operaciones dado que, las aeronaves que despegan tienen un plazo máximo de tres minutos para recorrer en "contramano" la pista hasta llegar a la cabecera y realizar allí, una maniobra de 180º para quedar en condiciones de despegue. A esto se le suma una restricción que establece salidas con intervalos cada 10 minutos, alargando aún más los tiempos de las operaciones.
Boeing 787 de Avianca realizando el backtrack a pista 35
Fue el caso de Aerolíneas Argentinas, American Airlines, Copa Airlines, Iberia, Avianca, y Lufthansa, Alitalia, Air France, entre otras, con más de 15 vuelos desviados hacia, Montevideo, Asunción, Rosario, Córdaba que funcionaron como aeropuertos alternativos hasta que se reanudaran las actividades en Ezeiza.
Hubo dos situaciones puntuales en donde la cosa pudo complicarse, la primera fue el vuelo CM454 de Copa Airlines que une la ciudades de Panamá con Buenos Aires, en donde el comandante pidió especialmente que le acortaran los procedimientos de espera dado que se encontraba con los niveles mínimos de combustible, este es el paso previo a declararse en emergencia.
La segunda, fue el vuelo 3904 de Avianca, un comercial no regular procedente de Montevideo, el cual no llegó a las instancia del Copa pero permanentemente requería una actualización de su hora prevista de aproximación para tomar la decisión de retornar a Carrasco, si la situación lo requería.
Cabe destacar que son las compañías aéreas las que afrontan los costos producto de la falta de planificación e infraestructura en el principal aeropuerto de la Argentina. Por un lado. hay que destacar que, se están realizando obras que fueron postergadas durante años pero, por otro lado también es necesario mencionar que fue un grave error planificar la intervención de la pista 11-29 a partir del 1º de marzo con un plazo de 45 días, no teniendo en cuenta los factores climáticos que se producen en la zona con la llegada del otoño.
Antes del cierre, le planteamos esta situación a uno de los supervisores de la Torre de control de SAEZ, a lo que nos respondió que estaba todo previsto.
Antes del cierre, le planteamos esta situación a uno de los supervisores de la Torre de control de SAEZ, a lo que nos respondió que estaba todo previsto.
El Aeropuerto es el ingreso al país y la primera impresión que se llevan las personas que llegan a él, es realmente vergonzoso que sigamos buscando excusas a la hora de hacernos cargo del lugar en el que estamos parados. A parte de los pasajeros, que son los primeros perjudicados, están las compañías aéreas que son las que deben afrontar todos los gastos de éstas falencias operativas en pleno siglo XXI. Realmente nos cuesta entender cómo son seducidas para que ingresen a nuestro mercado cuando, desde el ministerio de transporte no pueden garantizar la operatividad de la principal terminal aérea del país.
No queremos dejar de lado el tema del control aéreo y sus operadores que, realmente, hacen lo que pueden para armar este rompecabezas con piezas faltantes, luchando con portadoras clandestinas que interfieren las frecuencias de radio, la falta de cámaras en las cabeceras, una pista sin calle de rodaje y demás cuestiones que son impensadas en otros aeropuertos del mundo.
Es altamente probable que lo ocurrido hoy vuelva a repetirse hasta que entre en servicio la refaccionada 11-29, aún así, resta mucho por hacer y rápido si queremos estar a la altura del resto de los países de la región.